Último día en el rocódromo

Miércoles 19 de Septiembre, 2007

Hoy es el día de la fruta en la semana de la verdura. Se me va a quedar cara de conejo. Desayuno con calma y voy a recoger la ropa de la lavandería. Todavía no he sacado dinero, pero tengo el suficiente para pagar por la colada, por los pelos.

Gal hoy se marcha a Suiza para una defensa de una tesis. Le pagan por estar en el tribunal, está hecho toda una estrella el tío. Yo tengo que modificar todas las cosas que comentamos ayer para entregárselas antes de que se vaya, así no corregirá algo que ya he cambiado.

Llega la hora de cenar y tengo que recordarles a Alón y Yehuda, los únicos dos que están por aquí, de que hoy no voy a salir a comprar nada. Yehuda tiene mucha curiosidad por mi elección de comer solo fruta durante un día. Cada vez me vuelvo más rápido explicándolo y creo que más convincente.

Gal se marcha poco después de comer y yo sigo trabajando en otras partes del artículo que hasta ahora estaban vírgenes. Me dedico a explicar los experimentos realizados e intento dar forma a los datos resultantes a modo de gráficas.

Dean me ha llamado al salir del trabajo para decirme que vamos a ir a escalar. Hoy el teléfono ha estado sonando a menudo. Primero con mensajes con Noam, un chico israelí con el que todavía no habíamos encontrado día en común para ir a escalar. Parece que hoy por fin ha llegado el momento y vendrá hacia las 20:00. Dean me recogerá a las 19:00 y Alón vendrá al rocódromo cuando acabe de trabajar y correr.

Yo me marcho al apartamento a prepararme hacia las seis y cuarto. Primero paso por el banco a sacar dinero. Saco el suficiente para pasar el resto del tiempo que me queda aquí, teniendo en cuenta taxis y demás imprevistos. Supongo que me sobrará.

Un poco más tarde de lo acordado, gracias a la excusa de siempre, Dean llega a recogerme y vamos directos al rocódromo. Hoy le he traído una revista con fotos de escalada que le voy a regalar. Llegamos al rocódromo y está a reventar. Hay un montón de gente escalando, pero por suerte hay rutas para escalar de primero libres. Lo primero es calentar, hoy quiero sacar partido de mi último día en el gimnasio.

Dean empieza directo con su prueba temida, pero no lo consigue. La naranja mecánica gana la batalla una vez más. Yo sé que Dean acabará ganando la guerra, pero me hubiera gustado ver el momento de felicidad en directo. Por mi parte todavía tengo tres o cuatro batallas pendientes, pero primero me caliento en una ruta fácil para ir acostumbrando al cuerpo. Después me pongo con un 6b que me llevaba volviendo loco desde el principio de mis andanzas por aquí y (¡cómo me encanta decirlo!) lo he conseguido, si señor!!!

Justo después suena mi teléfono, Noam ya ha llegado al rocódromo y nos charlamos un poco. Noam no es muy proclive a escalar de primero, lo cual es mejor porque así en cuanto llegue Alón los emparejaré a los dos sin piedad. De momento va a ir a calentar y yo aprovecho para fulminar otra ruta pendiente. Esta es más reciente y es de otro estilo. Es como una escalera gigante de dos escalones y una rampa al final, pero visto desde abajo. Las presas son más grandes pero es más atletica. ¡Si señor! Está también ha caído. No puedo contener la alegría y me pongo a bailar ... ¡MA - YO - NE - SA! Ellamebatecomohaciendomayo-ne-sa!!

Ahora ya solo me quedan dos batallas pendientes, pero me doy cuenta de que una de ellas ya no existe. Han quitado los tres últimos pasos de una ruta que no había conseguido en redpunkt, sólo me faltaba el último paso. Un dinámico tocapelotas. Y la otra pendiente nunca la consigo encontrar libre. Así que sólo me queda intentar divertirme con rutas nuevas, todas ellas son ya 6b. ¡Qué divertido!

Alón aparece mientras estoy asegurando a Dean en una ruta bastante interesante. Noam ya había escalado un poco y los presento a todos. Sin piedad hago la ceremonia y los declaro pareja. Ellos dos se van a escalar en la zona toprope que es lo que les divierte de verdad.

Las rutas que pruebo son jodidamente desplomadas y no pretendo hacerlas del tirón a la primera. Pero acabarlas si que lo pretendo. Lástima que no siempre se consigue lo que se pretende. Una de ellas si que cae, pero la otra no tengo suficientes fuerzas para acabar el último paso. Los bíceps ya no dan más de sí.

Dean ha notado un dolor fuerte en el antebrazo y será mejor que no siga escalando, el viernes volveremos a ir y no es plan de que se lesione aquí. Yo, después del último esfuerzo, también he empezado a notar el hombro así que damos el día por acabado. Antes de irme le hago el favor a Alón de dejarle mis pies de gato. Ya me los devolverá mañana.

Durante la mayor parte de la estancia en el rocódromo mi estómago ha estado rugiendo como un león espantando a un grupo de hienas. Lástima que solo haya fruta para saciar el apetito, aunque hubiera otra cosa tampoco me la iba a comer. El día de la fruta es el día de la fruta.

Lehitraot.

No comments: